O lo cuidas…¡O lo cortas!
La decoloración es uno de los tratamientos más agresivos a los que podemos someter el cabello. Durante el proceso es inevitable que el cabello sufra daños, y hay que tener en cuenta que la fibra capilar no tiene la capacidad de regenerarse, lo que significa que el cabello no vuelve a un estado inicial tras una decoloración. Por eso es muy importante cuidar y proteger el cabello constantemente, para conseguir mantener el cabello en un estado saludable incluso después de una decoloración.
En el proceso de decoloración el cabello sufre daños en la cutícula, llegando en muchos casos al córtex, que es la capa que le da fuerza y sustenta la fibra. El resultado de un córtex dañado es una mayor facilidad de rotura. Por eso después de la decoloración podemos sentir que nuestras puntas están más débiles e incluso son más finas, ya que se rompen más fácilmente, produciendo un efecto visual poco agradable.
La capa más interna del cabello se llama córtex, y es la responsable de dar fuerza, elasticidad y forma al cabello. Esta capa está protegida por células superpuestas, a las que llamamos cutícula, y es la capa más externa. La cutícula se daña fácilmente, tanto por hábitos diarios de aseo como por factores ambientales. Y cuando estos daños se producen es cuando llegamos a notar una textura áspera y seca en el cabello.
Después de la decoloración, estás grietas que se han creado en nuestro cabello, pueden ir aumentando debido a todos los factores mencionados anteriormente, y un buen cuidado del cabello puede marcar la diferencia. Hay que ser conscientes de que no es posible realizarse un tratamiento químico y lucir un cabello saludable sin cuidados constantes.
¿Cómo podemos proteger y mantener el cabello en un estado de salud óptimo?
1. ¡Acondicionadores please!
Los acondicionadores se adhieren a la capa externa del cabello, suavizando la superficie. Por lo general, sus efectos pueden desaparecer si no los utilizamos constantemente, por eso necesitamos ser constantes y no olvidarlos.